martes, 25 de marzo de 2014

Diario líquido. Héctor D'Alessandro

Cinco días escribiendo. Las observaciones del autor hacen referencia a números y estadísticas. Cualquiera podría llegar a pensar en un pequeño burgues -quizás al estilo de Balzac y su fábrica de novelas- que saca sus cuentas en una libretita. También el autor habla de metas y logros diarios.
   En definitiva, habla de lo que hablan todos los autores entre bambalinas. Autores consagrados de izquierda solidaria, en definitiva, no se mueven por menos de seis mil euros la hora, incluso los que tienen sus frases mas cursis convenientemente exornadas con imágenes de postal y asiduamente subidas por los lectores de frases a facebook.
 La modernidad ha debilitado todos los sólidos, incluso el aparato de producción de "héroes literatos", y en el único lugar donde aún continuaban escondidos esos literatos era en su torre de marfil del secretismo sobre como ponen o no ponen las comas los puntos y coma y si tardan mucho o poco y si ponen flores sobre el escritorio o la foto de su familia.
  Yo soy capaz de dormir y de escribir en casi cualquier sitio, de hecho me dormí en cierta ocasión en un famoso tiroteo del Uruguay que empezó y acabó con once tiros, y esos once tiros dieron pábulo a mucha mitología, a una revista cultural mas y a un grupo creo que de rock.
  Escribir es una actividad que en calidad de escritor o sin esa calidad activada, puedo ejercer en cualquier sitio sin rubor.
   Algunas personas me han preguntado en privado, porque ellas aún no han salido de las torres de marfil, cómo hago para escribir de este modo que lo hago a diario y con tal profusión.
  En este punto, y mas que todo por el tono de las preguntas que me han hecho, quiero matizar un aspecto de los múltiples discursos que voy construyendo.
  Es el siguiente:
   Yo no propongo que cualquiera que se ponga a escribir siguiendo determinadas indicaciones que como coach de escritores y creadores yo le sugiera, va a escribir del modo en que yo lo estoy haciendo en esta novela. No.
   Lo que digo es que cualquiera que siga las indicaciones que en un curso yo le haya sugerido podrá alcanzar un nivel de excelencia extraordinario comparado con lo que hacía previamente y en todos los casos lo que escriba será claro, comprensible y transmitirá con mayor precisión la idea que originalmente la persona tenía en mente. Pero la complejidad y la riqueza con que pueda ese autor llenar su prosa depende de las exhaustivas lecturas (un área la lectura en la cual también instruyo gente y desarrollado auténticos modelos de lectura alternativas la clásica dictadura de la lectura temática o por trama) que haya hecho de otros autores y de la excelencia de esos autores.

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