Anoche me desperté del sueño y tuve claro qué es lo que sucede con mi personaje aproximadamente cuando la obra lleve un setenta y cinco por ciento de su desarrollo.
También, al despertar y ponerme a reflexionar en la novela tuve claro cómo es el final y qué imagen hay allí.
No adelantaré esas informaciones aquí para no arruinar la lectura de algunos lectores. Al terminar sí que lo haré porque he comenzado a guardar estos datos, contraviniendo lo que dije ayer, en una libreta aparte.
Lo más importante, de todos los modos, que pude descubrir repentinamente es cómo hace mi cerebro y mi sistema nervioso para escribir a este ritmo y mantener la intensidad y la disponibilidad creativa incluso durante el sueño.
Esta explicación probablemente la entiendan a cabalidad y profundidad, los practicantes de PNL, pero lo que he descubierto es lo siguiente:
1. Metaprograma "los otros" o "referencia externa". Funciona para mí como para cualquier hijo de vecino. Si me comprometí a hacerlo y los recursos están en mi, el peso de la expectativa ajena es un motor inquebrantable. El hecho de que haya una cámara observándote es fundamental en este caso, cumple de alguna manera esa amorosa función que cumplen muchas veces las parejas, los amigos y algunos amables profesionales que se dignan a leerte; uno escribe para los otros. Nuestro mensaje siempre va más allá de nosotros. Y esto tan sencillo me lleva a que sin propósito, sin visión, no hay creación.
2.Visual creado y luego visual recordado. Las primeras imágenes de esta novela se me aparecieron como visiones desconocidas. En PNL se llama a eso visual creado. Un producto de la imaginación. Mi modo particular de funcionar creativamente me conduce a permanecer allí, en el visual creado tanto rato que empiezo a sentir emociones (programa kinestésico) y a oir las voces de las personas que están dentro de la visión inventada. En ese momento mi estrategia cambia, y en lugar de estarme mirando hacia visual creado (arriba a la derecha) paso a mirar todo el tiempo a visual recordado (arriba a mi izquierda)
Este cambio significa que la imagen general de lo que sucede en la escena ya etá configurada y sigo creando dentro de la misma escena volviendo a "recordarla"; la intensificación a la que fue sometida la convierte en cierto modo en un recuerdo verdadero de mi cerebro.
Esto me soluciona muchos asuntos de la novela, solo tengo que saber a donde mirar en cada ocasión y esperar, como un auténtico acechador chamánico, sólo que un acechador en el mundo de los soñadores.
Por eso a los escritores nos aman los chamanes, porque somos a la vez artífices de las dos estrategias. Cuando los despertamos, somos imbatibles.
La capacidad de concluir una obra, sea literaria o pictórica o del tipo que sea, se basa en la capacidad de mantener estrategias de acceso a representaciones completas motivadoras y sostenerlas en el tiempo.
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